Capítulo XIII- Segunda Parte: Dios y la Ciencia en la Cosmología: ¿Tesis Complementarias?

Resumen de situación de la Cosmología y la Cosmogonía, en busca de un acercamiento entre la Ciencia y la Fe ,insertando las propuestas actuales en un contexto histórico.

Como ha quedado planteado en la primera parte de este capítulo, no es nada fácil encontrar el alivio a la tensión Ciencia - Fe, porque por una parte entre las diversas creencias hay igualmente diversidad de opiniones acerca del papel que le correspondería o no, a un ser superior sea este creador o no.

También el problema se complica cuando se advierte que el concepto de Universo sobre el que es necesario ponerse de acuerdo ciencia - fe, no es uno estático, eterno, inmutable, sino uno aparecido ( o creado ) hace varios miles de millones de años, lo que lleva a plantearse otras reflexiones físico - metafísicas que se derivan de la propia evolución sufrida por las explicaciones científicas.


EL CONTEXTO DEL ACERCAMIENTO CIENCIA – FE


Primera: El concepto Universo en el que habita el hombre no se refiere al “todo” (hiperespacio) sino a una región auto contenida del espacio tiempo inmersa en el hiperespacio del cual no se sabe nada pero en el que se presume han ocurrido y ocurren permanentemente procesos similares sin que su desarrollo - necesariamente - desemboque en la formación de Universos como el Universo físico que conocemos. Las características de este Universo serían las siguientes:
1) El reciclaje del Universo conocido - cada vez que ocurre el fenómeno de explosión - no sigue una secuencia igual en cada caso porque la entropía modifica las condiciones para la existencia del Universo. Expresado de otra manera: en cada proceso de ir de A (explosión) hacia B (contracción), el estado en A y el estado en B son diferentes cada vez que ocurre tal proceso.
2) No se sabe si la “flecha de la información” es una consecuencia o un residuo de la entropía, o si - por lo contrario - la información existe a pesar de la entropía. En el segundo caso esta situación implicaría - necesariamente - una “intencionalidad” cuyo origen o causa no se conoce por parte de la ciencia. De existir esta “intencionalidad” ésta puede asumir dos eventuales formas: una sería al “azar”, otra sería “programada”.
3) La eventual programación es la causa principal que origina la disputa acerca de si el Universo total (hiperespacio) y/o el Universo físico conocido obedecen a causas naturales o a causas extra naturales. De todas maneras en cada proceso de ir de A hacia B, se pueden dar dos eventualidades: una que las leyes físicas permanecen iguales o dos (caso más probable) que las leyes cambian parcial o totalmente.
4) De existir una flecha que marca un proceso que va de lo simple a lo complejo, en cada proceso en que A va hacia B, el Universo conocido es el resultado de un caos que evoluciona por causa de una eventual retroalimentación informativa. En caso de que esto sea así, tal “caos” - nuevamente - puede obedecer o bien a un accidente (azar) que ocurre en cada proceso en que A va hacia B o bien a una “intencionalidad”. Si existe una “intencionalidad” el Hombre sería o bien una razón “intermedia” o bien una razón “final” de tal intencionalidad.
5) Si el hombre es la razón final de esta intencionalidad ésta se daría como resultado de la concatenación precisa de procesos “estrictamente naturales”, que no requieren de un “Creador”, sino únicamente de un recorrido informativo pautado que va de la simple a lo complejo; pero también podría ser que el recorrido informativo conlleve la “intencionalidad sobrenatural”. Acerca de estos puntos la ciencia calla o ignora la situación porque implicarse en la discusión es adentrarse en lo metafísico.

Segunda: Si se opta por el Principio Antrópico que no requiere de un Creador, sino de un acomodo y concatenación de leyes y efectos o por la creencia de una “Causa Primaria” (o “Principio Eficiente”; o a un “Eje Cósmico”) se pasa de la explicación científica a la explicación metafísica.
1) “La explicación científica” se fundamenta en una teoría que fue lanzada en los años 20 del siglo actual a raíz de los planteamientos teóricos de Albert Einstein y de la observación telescópica de Edwin Hubble, que originan varias teorías relativistas evolucionistas.
Una de las teorías relativistas evolucionistas toma la delantera a partir de los planteamientos teóricos de Lemaitre, y los complementos teóricos de Gamow, que toma el nombre de Teoría del Big Bang.
2) La Teoría del Big Bang, luego llamada Modelo Big Bang y más tarde Universo Big Bang crea una propuesta conocida como Modelo Standard que parte del supuesto teórico de una explosión en condiciones extremas cuyos parámetros están dados por la “frontera de Plank” porque implican un quiebre de las leyes clásicas de la física. El Modelo Standard que implica un inicio caliente y una condensación infinita de la materia, gracias a la aparición de nuevos conocimientos debidos a la observación telescópica visual primero, a la observación “radiotelescópica” luego y a la inclusión de fundamentos tomados de la “Física Cuántica”, originan teorías complementarias conocidas como Universo temprano o inicial (que Early Universe) y Universo muy temprano (Very Early Universe).
3) El “Modelo Standard del Big Bang” comienza a tener cambios profundos a raíz de la inclusión de conocimientos derivados de la Física de Partículas Subatómicas y las modificaciones teóricas llevan también a modificar los planteamientos de los modelos complementarios del Early Universe ( Universo temprano, el más estudiado de los modelos cosmológicos ) y del Very Early Universe ( el que únicamente ha sido un objeto de planteamientos teóricos y para el cual-como complementos, solo existen posibilidades de experimentación en los ciclotrones y los sincrotrones).
4) En la actualidad no se teoriza que la explosión ocurrió en un “sólo punto del espacio tiempo”, sino en lo que era “todo”, porque lo que justamente apareció en tal explosión fue el espacio, el tiempo y la materia, todo condensado en un punto (“singularidad desnuda”), que luego se habría expandido.
5) Quienes arguyen que no existen singularidades desnudas dicen que en vez de ésta lo que existió fue que antes del Big Bang, bajo su propia gravedad el Universo se contrae y, en algún momento, la gravedad se cambia a “antigravedad” lo que causa la oscilación que inicia la expansión actual. Esta hipótesis admite la existencia - desde siempre - del Universo, pero es refutada por otros que señalan que en el Universo todo es finito y no renovable ya que una posibilidad de esta naturaleza, no es posible por la segunda ley de la termodinámica (entropía).

Tercera: Las discrepancias teóricas acerca de si la singularidad desnuda existió o no, ocasiona una serie de modificaciones a la teoría del Big Bang, dado que la discusión acerca de la singularidad aparte de tener serios problemas de cálculo matemático conlleva explicaciones de orden metafísico en los que la ciencia es cauta.
1) Si se hace abstracción de las implicaciones de carácter metafísico y se mantiene la teoría de la existencia de la singularidad desnuda el uso de ordenadores electrónicos que permiten hacer “simulaciones de modelos”, arrojan también serias discrepancias sobre las clases de Universos que pueden resultar.
2) Dado que la aparición del Universo en condiciones caóticas no tiene relación con la uniformidad que se observa en el Universo Físico, en los últimos años, se postula un proceso que explica la posibilidad - desde un punto de vista matemático - para pasar suavemente del caos a la uniformidad que se observa.
Este proceso que se conoce como “Período de Inflación del Universo”, luego toma el nombre de Modelo de la Inflación y más recientemente se le conoce como Universo Inflacionario (o expansionista) y parte de la hipótesis de la inflación, independientemente de si el Universo apareció a partir de una singularidad o no.

Cuarta: Al momento de hacer este último “corte” del estado actual de la cosmología la Teoría del Big Bang para adaptaciones debidas a la observación y a la simulación matemática, es el modelo de más alta aceptación por parte de los científicos.
1) El Modelo del Big Bang con todas sus adaptaciones, ha recibido dos confirmaciones desde su postulación: la primera la confirmación directa resultado del cálculo de la abundancia relativa de los elementos químicos (décadas de los cincuenta y sesenta); la segunda con el experimento de Penzias y Wilson en 1965 y la tercera por la confirmación del satélite COBE en 1992.
2) Las cosmologías alternas a la Teoría del Big Bang prácticamente carecen de significación por la siguientes razones:
a) La Teoría de la Creación Continua plantea problemas de aparición de materia no a partir de una singularidad desnuda sino a partir de incontables singularidades de esta naturaleza;
b) La Teoría de la Cosmología del Plasma solamente enfatiza el papel de las “Corrientes de Bikeland “, como moderadores de macro estructuras, en sustitución del papel de la gravedad, pero no tiene explicaciones para el inicio del Universo;
c) Otras teorías y modelos que plantean variantes al Modelo Standard del Big Bang (por ejemplo las teorías de Wheeler, Moffatt, Layser, Godel y otras, generalizando - son de origen relativista evolucionista - por lo que comparten el mismo origen teórico.
3) Si bien la teoría del Estado Estacionario puede sustituir - desde el punto de vista metafísico - a la cosmología del Big Bang, desde el punto de vista científico plantea otros problemas que, a estas alturas del camino recorrido por la ciencia implicaría aceptar - a priori - la infinitud del espacio y la eternidad del tiempo (por lo menos para el Universo conocido)lo que no es posible plantear desde el punto de vista científico puro.
4) Por su parte la religión debe tomar en consideración la necesidad de aceptar los planteamientos de la ciencia que sean irrefutables para modernizar su “discurso teológico” sin que ello implique modificar el papel que se le asigna a Dios como Creador; pero si su intervención en todos los proceso e instancias de la creación que es un acto que conlleva un proceso no acabado aún.

Solución: Para la búsqueda de una solución que tome en cuenta los hallazgos de la ciencia y las necesidades que plantea la fe, se puede arribar a tres conclusiones factuales:

Primera: Desde el punto de vista cosmológico que se plantea el ¿cómo? se ha llegado a conocer la estructura del actual Universo, para extrapolar - a partir de aquí - el cómo pudo haber sido en el pasado (asumiendo que hubo por lo menos una aparición o creación). La ciencia busca en la interrelación entre macrocosmos y microcosmos la clave de la respuesta mediante teorizaciones que incluyen las “grandes teorías de unificación de fuerzas” y la “cuantificación de la gravedad”. En esa línea se inscriben los esfuerzos de los cosmólogos partidarios de los modelos tipo Big Bang.

Segunda: Desde el punto de vista cosmogónico que se plantea el ¿por qué? existe el Universo, en el capítulo IX se incluye un recuento breve de algunas explicaciones alternas que se han propuesto a las soluciones cosmológicas, pero es fácil advertir que estos esfuerzos que se asientan en "verdades reveladas" no coinciden con las verdades científicas.

Las explicaciones de carácter cosmogónico no tienen un desarrollo secuencial dada la imposibilidad de emprender una tarea de esa naturaleza y, por otra parte carecen de proyección global y responden a razones de orden cultural, aunque todas las explicaciones cosmogónicas - pese a su diversidad - participan - invariablemente - de la característica de suponer una creación de origen divino en el pasado remoto, y esta es una constante de orden planetario. Es entonces en la correlación de esa constante de orden planetario en la que puede enraizarse lo común de dos búsquedas: la científica y la fideista. Y la convergencia que implica esta coincidencia es fundamental para el alivio de la tensión Ciencia-Fe.

Corolario: Si se analiza el estado de situación que existe al inicio de la década de los noventa, se constata entonces que los esfuerzos primero intuitivos y luego más racionalistas que presentan las elaboraciones cosmológicas -pese a todas sus diversidades- así como al lenguaje a veces poco claro, por estar cargado de metáforas y sinonimias, viene a coincidir con lo que la cosmología establece.

Ahora bien, como la ciencia está en avance permanente deben agregarse los nuevos descubrimientos para deducir si estos obscurecen el panorama de "similitud"; si permanece, o si más bien se aclara.
Por ejemplo, en el período que se examina hacen su aparición otras conjeturas científicas que deben ubicarse en este contexto de búsqueda de tesis complementarias.
Para lo que concretamente nos interesa en este capítulo hay tres temas que merecen destacarse:
a) Las especulaciones sobre eventual vida extraterrestre en Marte;
b) Las nuevas teorías sobre interrupciones en el proceso evolutivo por catástrofes cósmicas;
c) La aceptación, por parte de la Iglesia Católica, de la teoría de la evolución.


VIDA EXTRATERRESTRE

El proceso evolutivo que marca el paso de materia a vida y de esta a la eclosión de la razón humana, tiene un solo ejemplo: lo sucedido en el planeta Tierra; pero en una entrevista concedida a la revista Time, en marzo de 1996, el astrónomo Paul Davies afirma que el descubrimiento de formas de vida en el espacio exterior transformaría no solo nuestra ciencia sino también las religiones, los sistemas de creencias y nuestra visión del mundo:
1.- En cierto modo, la búsqueda de vida extraterrestre constituye una búsqueda de nosotros mismos y una forma de responder a dos preguntas de gran trascendencia: ¿quiénes somos?, y ¿cuál es nuestro lugar en el cosmos?
A diferencia de lo que piensa el común de la gente, las especulaciones que se tejen sobre el hecho de que no estamos solos en el Universo son tan antiguas como la propia filosofía. Los pasos fundamentales en el razonamiento especulativo se basaban en la teoría atómica de Demócrito, el antiguo filósofo griego. En primer lugar, las leyes de la naturaleza tienen un carácter universal. En segundo término, la Tierra no tiene nada de especial ni de privilegiado. Finalmente, si algo es posible, la naturaleza tiende a que se haga realidad.

2) Aunque los astrónomos sospechan que los planetas con condiciones favorables para la vida pueden ser abundantes en el Universo, la cadena química que lleva a la generación de la vida sigue siendo un misterio. Durante mucho tiempo, los biólogos pensaron que la vida era un capricho del cosmos: el resultado de una concatenación accidental de moléculas casi imposible de producirse. De allí se deducía que la probabilidad de que este hecho se repitiera en el cosmos era casi nula. Esta premisa parte de la segunda ley de la termodinámica que predice la muerte del Universo y su conversión en un caos total. Un razonamiento similar se aplica al proceso de la evolución. Según esta forma de pensar, la selección darwiniana sería producto del azar. De ser ciertas estas premisas, no puede haber direccionalidad hacia la conciencia y la inteligencia.

3) Sin embargo, hay una posición radicalmente diferente que está ganando cada vez más adeptos. Según este punto de vista la complejidad puede surgir espontáneamente a través de un proceso de auto-organización. Si la materia y la energía tienen una tendencia intrínseca a amplificar y canalizar la complejidad organizada, las posibilidades en contra de la formación de vida y de la consiguiente evolución de la inteligencia se reducirían considerablemente. Según esta teoría, aunque el Universo podría dirigirse a la destrucción, podría existir una tendencia opuesta y progresista que también sería una propiedad fundamental de la naturaleza.

4) Estas conjeturas chocan directamente con los dogmas religiosos tradicionales. Mucha gente se aferra a la creencia de que el origen de la vida requeriría la presencia de un acto divino. Sin embargo, si la Tierra no es el único Planeta con vida, los argumentos a favor de un origen milagroso se verían gravemente afectados. El descubrimiento de una humilde bacteria en Marte, si se pudiera demostrar que la misma surgió independientemente de la Tierra, permitiría respaldar la hipótesis de que la vida surge de forma natural.

5) Bertrand Russell argumentaba que un Universo bajo una sentencia de muerte como la dictada por la segunda Ley de la Termodinámica, hacía que la vida humana fuera, en última instancia, un gesto inútil. Sin embargo, ¿qué ocurriría, si a pesar de la Segunda Ley de la Termodinámica pudiera haber -al mismo tiempo que la decadencia- un progreso sistemático? A todos aquellos que esperan darle un significado o un propósito más profundo a su vida más allá de la existencia física, la presencia de formas de vida extraterrestres les daría un impulso espectacular ya que ello implicaría que vivimos en un Universo que, en cierta forma, mejora cada vez más.

Como se explicó en capítulos anteriores, la vida se ha imaginado con base en cadenas de átomos de carbón; pero en la década de los noventa se han propuesto variables a la vida conocida con base en el sustrato de los químicos del carbón (como la nuestra), estas variables y sus hábitats probables son:
1) vida con base en la química del carbón pero con morfologías aplicables a condiciones diferentes a las de la tierra (hábitats: lugares internos y superficiales planetas);
2) vida con base en formaciones químicas a base de silicona (habitats: igual que en el caso anterior);
3) vida en la forma de una “nube” formada con base en la química del carbón organizada y pensante que recibe alimento y energía de la radiación de las estrellas (hábitat: planetas);
4) vida existente en retículos cristalinos cuya existencia es debida a la combinación de vibraciones y que tiene capacidad de mantenerse por transformaciones de la energía mecánica que los origina (hábitat: interior de planetas, estrellas neutrónicas y enanas blancas); 5) vida formada con base en combinaciones de partículas elementales sostenidas por la fuerza nuclear (hábitat: superficie de estrellas neutrónicas).

La dificultad de comunicación existente respecto a eventuales civilizaciones extraterrestres cuya vida sea del tipo 1,2 y 3 se originan en las distancias; la dificultad para eventuales formas de vida (y civilizaciones) en los casos 4 y 5 se complica - además - por dos factores: uno que sus mensajes serían de carácter gama - fotónico (en vez del radio - fotónico nuestro); el otro, porque la duración de su vida es de apenas escasos nanosegundos frente a los milenios y millones de nuestra duración.

Si estas propuestas se cuantifican, las posibilidades de la existencia de vida se multiplican exponencialmente a números verdaderamente altos; si por lo contrario se toma en cuenta únicamente la vida proveniente de combinaciones deliberadas a los átomos de carbón, los planetólogos utilizan una fórmula surgida a finales de los ochenta:
La Fórmula de Drake: M = M * fpnefvfvfifct; en donde:

M = Nº de estrellas que se forman anualmente en la galaxia local y con estabilidad jaulita albergar vida.
fp = fracción de esas estrellas con sistema planetario
ne = Nº de planetas con eco esfera apta para albergar vida
fv = fracción de esos planetas en que ha aparecido vida
fi = fracción de esas diferentes formas de vida en que se ha evolucionado para tener inteligencia y civilización
fc = fracción de esas civilizaciones tratando de comunicarse con otras
t = duración en tiempo de esos intentos de comunicación

Cuantificación: M = 20; fp = 0.5; ne = 1; fv = 0.2; fi = 1, fc = 0.5; t =

Resultado: Si N = t, los cálculos optimistas van desde 1 millar de millones hasta pesimistas: 1 solo en el planeta Tierra

Muchas otras variables intervienen en las posibilidades y las han estudiado desde disciplinas complementarias y muchas veces altamente polemicas: Carl Sagan; Josef Shklovsky; Fred Hoyll; Freeman Dyson; Nikolai Kardasew; Michael Hard, William Newman, Josep A. Bell; Sebastian Von Hoerner; Pierre Cones; Michael Papagiannis; con posiciones muy disímiles todos ellos, porque sus propuestas son muy especulativas y se mueven exclusivamente en el campo de posibilidades imaginadas solo desde un lugar del Universo con una forma particular de describir lo que observa y de hacer extrapolaciones en sentido único.

Las probabilidades de comunicación iniciadas con el proyecto OZMA en 1960, por Frank Drake, hasta los últimos proyectos SETI (USA) y CETI (URSS, 1973 - 1989) y luego Australia (a partir de 1995) se basan en el envío de señales de radio y deben superar los problemas básicos inherentes a, entre ellos:
a) en qué frecuencia escuchar o transmitir;
b) por cuánto tiempo escuchar y por cuánto tiempo transmitir;
c) hacia qué parte del Universo escuchar o transmitir; d) por eso se han propuesto otras ideas; entre ellas la de utilizar el espectro ultravioleta para transmitir señales de nuestra presencia como una manera de señalar nuestra existencia a eventuales civilizaciones; pero esta idea parte de otra especulación: que las civilizaciones primero demuestran su presencia y luego se comunican por radio.

Quizás la fase irónica de Fermi ilustre la barrera a traspasar para una eventual comunicación : ¿Pero dónde están “ellos”...? La contestación no ha llegado aun por parte de la ciencia, sino - únicamente - por parte de los autollamados “omnivólogos”, “exploradores de lo insólito” y otros nombres semejantes; pero eso además de ser más especulativo que los intentos de la ciencia son fenómenos que se ubican en la imaginería mental, en las ilusiones ópticas, en la ignorancia de las leyes físicas, en la sugestión colectiva y en las expectativas e interrogantes que acompañan el inicio del milenio.

En agosto de 1966 la noticia dio la vuelta al Planeta: “Hallada vida en Marte”. ¿De qué se trata? Carl Sagan, investigador norteamericano, escribió para Scientific American en 1994 sobre la posibilidad de vida fuera de la Tierra. En cuanto al planeta Marte y con los resultados enviados por las sondas Vikingen 1977, apuntó que hace 4 ó 3 mil millones de años, las condiciones en Marte pudieron favorecer la posibilidad de vida. La superficie está llena de evidencias de ríos antiguos, lagos y quizá de océanos de más de 100 metros de profundidad. El Marte de 4 mil millones de años atrás era mucho más caliente y húmedo que hoy. Tomando lo que estos pedazos de información sugieren, aunque difícilmente lo prueben, la vida pudo haber crecido en el pasado, como ocurrió en la Tierra prehistórica.

Si esto es así, concluyó Sagan, como Marte se desarrolló de un ambiente agradable a uno desolado, la vida pudo haberse escondido en los últimos refugios, quizás lagos salinos o lugares donde el calor interior fuese soportable.

Una eventual respuesta positiva al planteamiento de Sagan la acaba de dar estudio de un grupo de investigadores de la NASA, el instituto Lockheed Martin y las Universidades Mc Gill, Georgia y Stanford. El trabajo, titulado “Búsqueda de vida pasada en Marte: posibles vestigios de actividad biogénica en el meteorito marciana ALH84001” fue realizado por un equipo de ocho investigadores dirigidos por David Mc Kay. El artículo publicado por la revista Science y divulgado luego por Mc Kay, es un primer acercamiento a la posible identificación de actividad biológica en el cuarto planeta del Sistema Solar. En resumen los hallazgos son los siguientes:

La revista Science hace la presentación del trabajo de Mc Kay y su equipo así:

1) “Moléculas orgánicas (complejas y con base de carbono) son la base para la vida en la Tierra. Los autores buscaron signos de tales moléculas y de otras indicaciones minerales y de texturas de vida pasada dentro de los espacios porosos y fracturas del meteorito Allan Hill 84001, uno de los 12 meteoritos identificados como provenientes de Marte. ALH84001 es el más viejo de esta docena. Hace 15 millones de años, un gran meteorito impactó en Marte, lanzando a ALH 84001 al espacio, eventualmente cayendo en el Polo Sur. Fue descubierto en 1984 y recientemente identificado como marciano”.

2) Los HPA hallados (moléculas orgánicas con múltiples enlaces de átomos de carbonos) son las primeras muestras de moléculas orgánicas jamás vistas en roca marciana. Pero para descartar que estos rastros no se produjeron mientras la piedra estuvo en la Antártida, se efectuaron chequeos de contaminación que demostraron que el material orgánico es del propio meteorito y no de este planeta. Así, los autores destacan que “la concentración de hidrocarburos policíclicos aromáticos aumenta en el interior de la roca; si la contaminación se hubiera producido en la Tierra, los resultados deberían señalar más HPA en el exterior de la roca”.

3) ¿De dónde vienen los hidrocarburos poli cíclicos aromáticos? Science afirma que pueden venir de dos vías: la no biológica, durante el comienzo de la formación de los planetas, o la biológica, a través de la actividad de bacterias, de otros organismos vivos o por la propia degradación (fosilización) del ser vivo. Para determinar el origen de los HPA presentes en el meteorito, los investigadores estudiaron la química, la mineralogía y la textura de los carbonatos en la piedra. De este y otros análisis, los investigadores desarrollan una lista de observaciones que concluyen de manera colectiva: “Este fenómeno de presencia de HPA es evidencia de vida primitiva en el antiguo Marte”.

4) Otras de las observaciones son las siguientes: “Los carbonatos formados dentro de las fisuras de la piedra tienen sobre los 3,6 mil millones de años y son más jóvenes que la roca; las partículas de magnetita y el sulfito ferroso dentro de los glóbulos carbonatos son química, estructuralmente y morfológicamente similares a las partículas magnéticas producidas por bacterias en la Tierra; exploradores de alta resolución y microscopios de electrones revelan en la superficie de los carbonatos representaciones ovoides y alargadas (texturas similares han sido halladas en la superficie de las calcitas del Pleistoceno en el sur de Italia), las cuales pueden ser interpretadas como representaciones de nano bacterias; la magnetita (un mineral que contiene algún metal férrico) posiblemente indique la formación de oxidación (suma de oxígeno) y el sulfito metálico, la presencia de reducción (resta de oxígeno). Ambos fenómenos fueron encontrados uno cerca del otro en el meteorito. En la Tierra, estos son característicos de actividad biológica”.

En el cable de la NASA que da cuenta de los hallazgos, el periodista agrega por su cuenta: aunque las conclusiones pueden no contar con la aprobación total de la comunidad científica mundial, este estudio se acerca a muchas de las teorías que afirman que de existir vida extraterrestre, esta sería inferior a la humana, tomando en cuenta el propio caso de la Tierra: de los 30 millones de especies que existen, solo una ha desarrollado una inteligencia que se plantea la posibilidad de vida fuera de su planeta. Por lo que sería recomendable olvidarse de los “Aliens”, que de existir pueden ser -a lo sumo- un extraterrestre unicelular en plena lucha por la supervivencia.

El agregado que se cita viene a colación porque los esfuerzos por definir la inteligencia no han arrojado resultados dado que el concepto mismo es omnivalente, polimorfo y abierto, y lo más que puede hacerse para usos prácticos es una definición operacional de inteligencia. En ese sentido, inteligencia es lo que las pruebas miden. Pero necesitamos un concepto holístico de inteligencia, que esté en línea con los nuevos paradigmas emergentes en física, biología, teoría de la información y neurología.

Por ejemplo, David Bohm y David Peat en un artículo de divulgación difundido en 1984, emplean un concepto diferente de inteligencia. La palabra proviene del latín intelligere; reunir entre varios elementos. En este sentido, inteligencia sería la capacidad de la mente para percibir la relación que existe entre diferentes elementos y crear nuevas categorías para organizar la realidad. Esta palabra inteligencia, que refleja acción, contrasta con intelecto, sea lo que ya ha sido reunido o categorizado. El intelecto es algo constante, mientras que la inteligencia es un acto creativo y dinámico, de tal manera que las pruebas de inteligencia miden un cuociente de inteligencia. El intelecto sería la estructura fija de destrezas y competencia de diferentes variedades y funciones, con nivel limitado de concientización, algo así como un programa de computador.

Según Bohm y Peat, intelecto, emoción y voluntad no pueden ser vistos separadamente. Las categorías conceptuales impactan emocionalmente. Las palabras que expresan totalidad, como “siempre”, “para siempre”, “solo” y “todo”, agitan fuertemente a la conciencia por sus contenidos holísticos. La inteligencia creativa se origina en niveles profundos y sutiles de la conciencia que emana de un orden generador, más allá de cualquier teoría que pudiera tomarse como referencia. Existe un gigantesco potencial de inteligencia creativa cuando el individuo puede trascender las barreras del tiempo social y ascender a estados de conciencia conectados con el “orden implicado” de Bohm.

Por su parte, Karl Pribram, investigador en la Universidad de Stanford, en un artículo publicado en la revista American Psychologist (mayo, 1988) con el título de “La Revolución Cognoscitiva”, postula que ciertas operaciones del cerebro pueden ser comprendidas mejor en términos de los descubrimientos de la física cuántica y nuclear, donde en última instancia la apariencia de la materia se torna inmaterial. La estructura profunda del cerebro a nivel de los códigos elementales del ADN hace pensar que las estructuras más simples a nivel de los fundamentos de la materia originan patrones de elevada complejidad en las respuestas finales de un ser viviente ante la realidad.
La geometría de los fractales, descubierta y desarrollada por Benoit Mandelbrot, nos enseña que una pequeña cantidad de información genética puede generar formas complejas, y que pequeños cambios genéticos en una persona pueden conducir a cambios muy contrastantes entre las respuestas de un individuo y otro.

Cada persona es única y su Universo de respuestas frente a la realidad es muy singular, sus percepciones son hasta cierto punto sus propias creaciones y su memoria es un proceso dinámico de imaginación. Una vez creado un embrión humano, la vida mental y experiencial es el resultado de un orden generativo de alta complejidad. La inteligencia humana no consiste en adquirir más destrezas y conocimientos, sino en un proceso alquímico de recomposición, re categorización y readaptación permanente para elevar el nivel de eficacia de la mente frente a la exigente realidad. El cerebro elabora diferentes clases de mapas y tiene programas para diseñar nuevos mapas, algo como una arquitectura de redes para procesar la información preexistente y la que está entrando del entorno. Toda la información que entra al cerebro debe ser categorizada a fin de que pueda ser asimilada e integrada en el sistema global y permita al individuo actuar apropiadamente.

El estudio de la inteligencia práctica ha proporcionado algunas distinciones útiles acerca de la variedad de respuestas humanas frente a las exigencias del entorno, por ejemplo, una importante contribución al estudio de la “inteligencia” práctica proviene de Howard Gardner, quien en 1983 publicó el libro Frames of Mind en el cual argumenta que existen siete tipos de inteligencia: la lingüística, la lógica, la musical, la espacial, la cinético-corporal, la interpersonal y la personal. No faltan los investigadores que postulan 37 y hasta 120 clases de inteligencia; porque la inteligencia no es un rasgo humano que se pueda aislar como un compuesto químico. La mente humana puede manifestarse en un determinado atributo, pero lo que emerge es un epifenómeno de una totalidad que aún no comprendemos. Los talentos surgen en una sociedad que les proporciona un estímulo y unos medios, y debemos estar conscientes del potencial latente en cada individuo para acceder a niveles sobresalientes de desarrollo de sus capacidades y su desempeño en la sociedad; pero así como apena comienza a vislumbrarse en la Tierra que es en realidad la inteligencia resulta harto difícil imaginar como pueda esta desarrollarse y expresarse en otros medios bióticos con sustratos tan diferentes como imaginan los astrónomos. E igualmente difícil imaginar cómo se produce el proceso de evolución de la inteligencia albergada en cuerpos sometidos a cambios profundos en el transcurso de los años.


EVOLUCION O CATATROFISMO..?

Uno de los problemas de difícil solución es cómo concatenar el proceso de ascenso biológico y de emergencia y permanencia de la inteligencia que se va transmitiendo de especie a especie, cuando hay cambios catastróficos.

CATATROFISMO: Hay tres precedentes que recoge la historia acerca de ideas de una evolución no lenta ni paulatina, sino interrumpida por grandes catástrofes. La primera de ellas se encuentra anidada en la historia oral de pueblos primitivos extendidos por toda la Tierra; la segunda la recoge la Biblia como el Diluvio Universal; la tercera ha pasado como una leyenda llena de misterio y significados ocultos: la desaparición de la Atlántida y con ella de sus hipotéticos habitantes; la cuarta -más reciente- fue formulada por el francés Georges Couvier (a mediados del siglo pasado) y su teoría contradicha por el escocés Charles Lyllel (padre de la geología moderna) afirma que: “de tiempo en tiempo caen catástrofes sobre la Tierra que borran todo vestigio de vida; y que luego Dios recrea el mundo mejorándolo. Sus discípulos llegaron a catalogar hasta 32 de tales catástrofes, mediante el estudio de estratos rocosos.

Cuando Theilhard plantea su evolución cósmica la teoría dominante es la darwiniana que señala que el proceso de ascenso del Homo Sapiens, a partir de la selección natural que se opera en la naturaleza. Aunque para esas épocas la “tesis catastrófica” también está en escena, ocupa un lugar de menor relevancia, y las modificaciones ambientales a las que alude son intrínsecas al planeta Tierra. A partir de la década de los ochenta, sin embargo, comienza a gestarse una nueva teoría catastrófica, pero esta vez de carácter extrínseco. Se trata de los planteamientos del geólogo Walter Álvarez y del físico José Álvarez, en la que colaboran para darle forma coherente el físico Richard Muller y los astrónomos Mark Davis y Piet Hut. La idea es revolucionaria:

1) Una hipotética compañera no visible del Sol, a la que llaman “Némesis” se acerca a la Tierra cada veintiséis millones de años y arrastra con ella asteroides (sacados de la Nube de Oort) que chocan contra la Tierra. El choque tremendo causa variaciones sustanciales en el clima y las condiciones generales de la Tierra, lo que provoca la desaparición de especies ya adaptadas; así como cambios fenotípicos en otras que logran sobrevivir. El tema ha sido objeto de una propuesta más especulativa que científica por parte del astrónomo Donad Goldsmith .

2) En razón de este mecanismo perturbador y transformador la Tierra ha experimentado impactos hace 367, 250, 90, 65 y 35 millones de años respectivamente, así como el último aproximadamente hace entre 3 y 1 millón de años.

3) La detección de este tipo de impactos se ha comprobado mediante la medición del aumento súbito de residuos de un metal raro: Iridio en los estratos geológicos estudiados; y todo hace suponer que el impacto de hace 65 millones de años se produjo en lugares distintos los cuales ya han sido localizados en: Haití, Iowa, E.U.A.; Unión Soviética y el más famoso de todos, el cráter Chicxulub en la Península de Yucatán, México.

4) El impacto de un solo cometa de unos 3 Kms de largo produce el mismo efecto que el estallido de 50 cabezas nucleares portadas por los misiles que aún conservan las grandes potencias.

Ahora bien, ya desde inicios de la década de los setenta los paleontólogos norteamericanos Miles Eldredge y Stephen Jay Gould, habían expuesto evidencias para demostrar que la evolución no es un proceso gradual e ininterrumpido, sino a saltos, con largos períodos de tranquilidad y súbitas interrupciones. En consecuencia, la tesis de Theilhard debe adaptarse para contemplar esta nueva realidad evolutiva; pero esencialmente su idea no cambia, porque se mantiene el proceso, pese a las bruscas interrupciones del ciclo, gracias a las características de transmisión de la información, mediante el mecanismo de almacenamiento genético por medio del ADN (que es el mismo -con ligeras variantes- para todos los seres vivos del Planeta).

Y es que pese a todos los cataclismos intrínsecos y extrínsecos a la Tierra se mantiene viva y actuante la información genética, altamente específica que sustenta el proceso evolutivo, como el “mandato” original. La característica de la alta especifidad (es decir que obedece a variables numéricas que bajo ninguna circunstancia pueden deberse al azar), obliga a arribar a la conclusión que el proceso evolutivo está inscrito en el ADN de los genes y esa información se ha mantenido desde su origen terrestre o extraterrestre.

En realidad las ideas sobre cambios catastróficos fueron recibidas con bastante excepticismo cuando, faltando doce minutos para las siete de la tarde del domingo 19 de mayo de 1996 (hora de Nueva York) cuando el asteroide 1996JA1 pasó a solo 450.000 kilómetros de la Tierra. Y lo interesante del caso es que nunca antes se había registrado el paso de un astro tan grande - exceptuando la Luna - tan cerca de nosotros. Una colisión entre el asteroide y la Tierra hubiera causado una catástrofe ecológica y posiblemente una glaciación; pero no se hubiera podido hacer nada para evitar la catástrofe: el descubrimiento del asteroide fue anunciado el 14 de mayo, sólo cinco días antes de su paso cerca de la Tierra, por el astrónomo T. Spahr, de la Universidad de Arizona (EUA). En tan pocos días, no hubiera sido posible lanzar una nave espacial cargada de explosivos contra el asteroide para desviar su trayectoria, que es la única opción técnicamente concebible para evitar una colisión cósmica.

El motivo por el que el 1996JA1 se haya descubierto con tan poca antelación es que los asteroides, al igual que los planetas, no emiten luz propia sino que reflejan la luz solar. Al ser astros pequeños y rocosos, son poco luminosos y difíciles de ver con telescopio (medía entre quinientos metros y un kilómetro de diámetro, viajaba a unos 25 kilómetros por segundo - lo que equivale a 90.000 kilómetros por hora).

Sólo se conocen cinco asteroides que se hayan acercado más a la Tierra de lo que se acercó el 1996JA1. Y jamás se ha descubierto un solo cometa que se haya acercado más que él; el cometa Hyakutake, por ejemplo, pasó a finales de marzo unas 35 veces más lejos. Sin embargo, se han producido numerosas colisiones de cometas y asteroides a lo largo de la historia de la Tierra.

El riesgo de que una catástrofe de este tipo ocurra en los próximos años es baja, pero no nula. Según estimaciones de la Agencia Espacial Europea, hay una probabilidad entre diez mil (10.000) de que un cuerpo de tamaño igual o mayor al asteroide 1996 JA1 se estrelle contra la Tierra en los próximos 150 años. Esta posibilidad de que un asteroide, un fragmento de cometa o un planeta pueda chocar contra la Tierra pone sobre la mesa el problema de las eventuales interrupciones sufridas por el ascenso de la materia hacia la vida y la conciencia y -asimismo- cuál es el mecanismo que asegura la continuidad del proceso de información que se transmite por medio del ADN.

Precisamente un descubrimiento efectuado por la Universidad de California en 1996, demuestra la unitariedad de la estructura de base de los organismos vivos. Lo que sorprendió antes que nada a los científicos, es el descubrimiento de la universalidad de un complejo sistema de señalización celular que ordena la vida de todos los seres vivos:
1) Moscas, ratas, gusanos, escorpiones, típicos “desechos” del reino animal, se sentirán ciertamente menos menospreciados como consecuencia del último descubrimiento efectuado en el ámbito de la genética. Diversas investigaciones cada vez en mayor profundidad permitieron a los biólogos llegar a la conclusión de que existen ciertos mecanismos básicos de la vida, idénticos en muchos seres vivos, desde los invertebrados al Ser Humano incluido.
2) En particular, lo que sorprende a los científicos es el descubrimiento de la universalidad de un complejo sistema de señalación celular que desarrolla la importantísima tarea de condicionar el desarrollo futuro de las células de un organismo que funciona de la misma manera en las moscas y en los seres humanos, para ir de un extremo a otro del espectro. Aparte de su efecto “ennoblecedor” en la escala evolutiva, estos recientes resultados ofrecen una seria demostración de la validez del estudio de los animales inferiores para establecer de manera simplificada las fronteras de la genética o de la neurología del hombre.
3) Hay también otro aspecto del descubrimiento que parece ser no menos intrigante desde el punto de vista de la investigación. La universalidad de este sistema de comunicación desvela a los científicos en el sentido de cómo es posible que una estrategia biológica tan avanzada haya podido conservarse intacta en especies tan distintas a lo largo de millones de años de evolución, y sobre todo sujetos a acontecimientos catastróficos.
4) El elemento crucial de este mecanismo, común a los organismos hasta ahora estudiados, es una proteína llamada tiresin-kinase que se encuentra colocada estratégicamente sobre la membrana celular con una extremidad protegida fuera de la unidad biológica. Su función es iniciar la serie de reacciones que llevan a la cédula a desarrollarse y a proliferar de una manera más que en otra transformándose, según las necesidades en piel, nervio u órgano sexual.
5) Pero la presencia de las moléculas en especies distintas no dice todo sobre la afinidad bioquímica entre hombres, ratones y moscas. Los investigadores demostraron que también lo que ocurre en el interior de la célula, después de que la tiresin-kinase es activada se desarrolla en varios organismos, según una muestra prefijada y de manera idéntica.

Aunque los estudios que llevaron a estas conclusiones se iniciaron hace tiempo y recién ahora se llegó a estas conclusiones acerca de la modalidad de acción de esta proteína subsisten algunos interrogantes cruciales. Por ejemplo: ¿cómo hace una célula para saber en qué transformarse una vez que fue activada? En otras palabras cómo después de haber recibido un estímulo idéntico, en los mamíferos las células se transforman en tejido epitelial y en las moscas se reúnen para dar forma al órgano de la vista.

Lo más sorprendente, es que la especifidad del desarrollo de las células no parece residir en el mecanismo de señalación: la señal es la misma para todos, aunque lo que derive de ello pueda ser completamente distinto. Es claro que para la ciencia ninguna explicación metafísica que incluya mecanismos teleológicos puede ser aceptable; de manera que la solución debe seguir buscándose para detectar la presencia de señales físico-químicas.


IGLESIA ACEPTA EVOLUCIÓN

Desde que el determinismo económico, el afán tecnológico y la pérdida del sentido de la vida y los cambios de valores se fueron entronizando en todos los órdenes del quehacer, la labor de reconstruir el pasado de la Humanidad se ha enredado en la apreciación de lo estrictamente material (el ascenso hacia la civilización) y se ha ido perdiendo lo esencialmente espiritual (los aspectos culturales); y se ha llegado -incluso- a confundir civilización y cultura. La rapidez con que se transmite el frío y exacto conocimiento hoy, nos impide refugiarnos en el solaz espiritual que proporcionan los libros ya amarillentos (esos que nos causan “rinitis alérgica”), pero plenos de la sabiduría necesaria para darle contextualización al nuevo dato que nos proporcionan INTERNET y los cables de prensa.

Guardadas las diferencias tecnológicas los seres humanos de todos los tiempos han estado siempre atrapados entre la exaltación que apareja el dato futurista, pero que le ubica en un medio de inseguridad psicológica, y la nostalgia del presente con sabor a la seguridad del pasado ya conocido.

Si se intenta redescubrir el pasado de la Humanidad, solo con la ciencia, para rastrear desde allí cómo han ido transformándose -o permaneciendo- las ideas acerca del Universo, es necesario acudir a especialistas que nos definan esas brumas a su manera: el arqueólogo, usualmente apegado a descifrar la vida con un sentido material, por lo que infiere de los restos de piedras arcillas; el etnólogo que “reinventa” el pasado por la “observación comparativa” de los pueblos “primitivos” contemporáneos; el paleontólogo, que con sus mediciones del tamaño de esqueletos, o el prognatismo de mandíbulas y de arcos superciliares , nos siembra la idea de que los primitivos eran “salvajes”, o los lingüistas, que descubren que la riqueza del habla antiquísima es evidencia de la existencia de conceptos abstractos ya muy elaborados; o de los menos especialistas en “cognitivismo”, que afirman que el ser humano muestra - desde antiguo - una actitud hacia el Universo que en nada (excepto en tecnología) le diferencia del hombre moderno.

Esto lleva a concluir que si el acercamiento al hombre se hace desde una sola disciplina del conocimiento científico, es harto difícil trazar una historia con sentido; pero si se acomete desde una perspectiva multidisciplinaria, el sentido puede regresar al recorrido de la Humanidad, desde sus braceos arborícolas hasta sus caminatas espaciales. Pero no basta la ciencia para entender el presente; es menester acudir a las disciplinas interpretativas, de menor rigurosidad, y de alto vuelo subjetivo: al historiador que reconstruye un hilo con o sin solución de continuidad según su apreciación; al filósofo que salta de un cúmulo de ideas orientadas en un sentido, a otro cúmulo en dirección contrapuesta, al mitólogo que busca el arquetipo primordial que subyace en mitos poco o muy aculturados , al teólogo que se aferra a una revelación muy cercana a veces, distante otras, de lo que señalan otras interpretaciones también subjetivas.

Por su parte al día de hoy, es el genetista quien resume la posición de la ciencia modernísima, quien nos muestra que la vida es tan solo el resultado de la obediencia a una codificación impresa en los genes y que estos se han transmitido sin variaciones fundamentales, desde los organismos más poco significativos, hasta el ser humano; y a la par de él, nos topamos con el teólogo que nos dice que ahora la iglesia - al menos una parte de ella, liderada por el Papa Juan Pablo II - ha aceptado la evolución no como teoría, sino como realidad. Sin embargo, subsisten sectores religiosos que señalan que el problema reside en “ubicar en qué momento de la evolución humana, Dios interviene directamente y en un solo acto “insufla el alma al Hombre”, para que sea tal y no solo animal.

Es realmente curioso que si la genética afirma con certeza la existencia de una relación sin solución de continuidad de : antropoides –ramapiteco - astralopiteco- hasta llegar al hombre moderno; algunos religiosos, insistan en desconocer esa realidad, y pese al indudable adelanto que significa que el 23 de octubre de 1996, Juan Pablo II, acepta la evolución no ya como mera hipótesis o teoría, sino como un hecho incontrovertible o de gran plausibilidad.

Evidentemente falta a la senda de la Fe en un Dios creador otro paso para acabar con los errores de los religiosos que la defienden con ardor bien intencionada pero mal informada: aceptar los planteamientos de Theilhard que le imprimen un sentido trascendente a la evolución y resuelven el enfrentamiento Ciencia-Fe. Aferrarse a interpretaciones que si bien son caras a la teología, ortodoxa implica que la iglesia perderá la preciosa oportunidad de ayudar a rescatar el espíritu -hoy aprisionado en la tecnología hedonista- y se quedará tañendo las campanas en templos cada vez más vacíos, o pletóricas de seres automatizados tan varios por dentro como esos templos. Y es que el hombre de hoy necesita de la fe-certeza, para reencontrar el sentido de su vida en el nuevo contexto, y bajo los nuevos paradigmas que singularizan el fin del milenio.

Algunos conflictos, lamentables, registra la historia entre posiciones de científicos y tomas de posición por parte de la Iglesia. Dichos conflictos no se han producido, propiamente, por el choque de dos verdades: la revelada religiosa y la científica, en cuanto tales. Sino, más bien, por el modo de interpretar esas verdades, y eso sucedió por ejemplo con el tema de la evolución, que fuera tema difundido desde la segunda mitad del Siglo XVIII, por la publicación debida a Darwin en 1859, publicado por Charles Darwin, en Londres, 1859) y en el que ahora Juan Pablo II ha querido ofrecer una iluminación, con su discurso del 22 de octubre de 1996, dirigido a los miembros de la Academia Pontificia de Ciencias.

Si se revisan las publicaciones aparecidas en diversos medios de prensa nacionales e internacionales, lo que es fácil hacer hoy día, gracias a INTERNET, llama la atención la poca seriedad con la cual se tomó la noticia, aunque a decir verdad la rectificación de la Iglesia ha tomado nada menos que 147 años, es decir siglo y medio. De los escasos comentarios rescatables hay dos que por sus puntos de vista merecen glosarse.

Antonio Vania , profesor de religión ( publicado en El Universal de Caracas) señala:

1) Pío XII en la Encíclica Humani Generis (1950) afirmó: entre la evolución, hipótesis seria, y la doctrina de la fe sobre el hombre y su vocación, no hay oposición, siempre que no se pierdan de vista algunos puntos firmes. Juan Pablo II el 31 de octubre de 1992, ante la Academia Pontificia de Ciencias, había subrayado la necesidad de una hermenéutica rigurosa para interpretar correctamente la Sagrada Escritura (y no hacerle decir, lo que no tiene intención de decir), así como de una adecuada información de exegetas y teólogos acerca de los resultados a los que llegan las ciencias de la naturaleza, para delimitar bien el campo propio del saber bíblico-teológico. En su reciente discurso del 22 de octubre de 1996, el Papa afirma: la evolución no puede considerarse ya como simple hipótesis. Es más que una hipótesis. Es una teoría que se ha impuesto con base firme al espíritu de los investigadores. No está en discusión.

2) Una teoría, por su carácter articulador englobante, va más allá del simple agrado de los resultados de la observación. Es elaboración meta científica; toma, como es patente en el caso de la evolución, ciertas nociones de otro nivel de conocimiento como es el filosófico (y concretamente de la filosofía de la naturaleza). Ello explica el que más que de “la” teoría, convenga hablar de “las” teorías de la evolución, según la diversidad de explicaciones de sus mecanismos y de las filosofías que la asumen e interpretan. Por eso no es de extrañar que existan lecturas tanto materialistas como espiritualistas de la evolución.

3) La hominización, la emergencia del espíritu para la constitución del ser humano, implica un “salto ontológico”, no observable a nivel experimental; lo que sí pueden ofrecer las ciencias, son datos en base a los cuales el filosofar humano puede afirmar la existencia allí, en ese ser, de un espíritu. Este, en cuanto tal, no cae en el campo científico (con sus características de espacio - temporalidad y su metodología correspondiente). Como tampoco caen la ética, las cuestiones más hondas y definitivas sobre el hombre, y el problema de Dios.

4) El espíritu no surge de las puras fuerzas de la materia viva, ni es simple epifenómeno de la materia. Es irreductible a ésta. Por tanto; si bien el cuerpo humano tiene su origen en una materia viva preexistente, el alma espiritual es creada inmediatamente por Dios. Tanto en los orígenes, como en surgimiento ordinario de nuevas personas humanas. Esa creación no es observable, y se inserta como connatural en la generación de nuevas personas. “Dios es el muy cercano imperceptible”, dijo alguien.

5) La Biblia con la Tradición y el Magisterio eclesiásticos, son portadores de una rica antropología: el ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios, corpóreo - espiritual, inteligente y libre, ser para la comunión, abierto a la trascendencia; pecador y redimido. La única criatura en la Tierra que Dios ha amado por sí misma, con altísimo valor intrínseco y no, por tanto, medio o instrumento respecto de la especie o de la sociedad. Llamado a un diálogo con Dios y a la participación de la vida divina, por Cristo en el Espíritu. Persona humana, de sublime grandeza y dignidad. Existente en el tiempo, con vocación de eternidad.

Julia del Carmen Regales , profesora de Psicología en Panamá , en “Conciencia” , expresa:

1) Hace pocos días las agencias internacionales de noticias irrumpieron nuestra cotidianidad anunciando la honrosa entrada de Darwin en el Vaticano. En mi opinión, lo que dio alegría y encanto a la noticia es observar que la ciencia y la religión se enlazaban universalmente a través de cualquier barrera de raza, credo o nacionalidad. Aunque no estamos comprometidos con ningún dogma en particular. Durante estos tres últimos siglos los triunfos de la investigación científica han sido asombrosos. Un resultado notable es que las leyendas vacías y los mitos estériles son superados por la evidencia documentada y la explicación racional. Para mí la palabra clave en la ciencia contemporánea ha sido Origen. Lo que se ha llamado el síndrome del origen. Origen del Universo. Origen de la vida. La reconciliación con los orígenes.

2) En 1872 Charles Darwin dedujo correctamente y a partir de una escueta evidencia, que los humanos habrían evolucionado en el África. Actualmente las evidencias fósiles combinadas con datos invalorables que han permitido reconstruir el árbol genealógico de la familia humana a través de las distancias genéticas entre grupos modernos, han reafirmado y expandido las intuiciones de Darwin. África es no sólo el continente madre de todos nosotros y de todos los antropoides ocurridos desde hace seis u ocho millones de años, sino que es también el Origen de cada una de las especies que siguen en el árbol de los homínidos. Confieso, por experiencia, que comprender la evolución es un problema. La creencia bíblica no presenta errores. La ciencia admite la posibilidad del cambio. La teoría de la evolución demuestra que la descendencia ocurre a través de modificaciones. Que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza no es una hipótesis refutable, no hay manera de comprobarlo o verificarlo por medio de la ciencia. La célebre controversia Evolución-Creación permanece.

3) Creo que lo hecho por el Vaticano es crucial. No creo que lo religioso se retire del mundo. Creo que la Iglesia ha captado que la ciencia y la religión son dos empresas humanas que tienen muchas características en común, y que es en la diversidad donde se da la grandeza de la obra. Tanto la ciencia como los dogmas pueden hacer aportes a nuestras mentes. Si esta visión no es verdadera, por lo menos es coherente con la ciencia actual. Ni el materialismo científico ni el trascendentalismo religioso son inconmensurables ni excluyentes. Por ello considero que al aceptar el Vaticano la teoría de la evolución de Darwin, lanza al mundo entero un verdadero desafío; un desafío para los que hacen ciencia y para cualquiera. Se expande la visión del futuro de la ciencia. El modelo para el desarrollo de la ciencia es la evolución de la vida. El objetivo espectacular es estrechar o tender un puente entre el mundo natural y el humano - espiritual. No hay una solución fácil para la controversia Evolución / Creación independientemente de cómo se vea el problema. Creo que en la sabia decisión del Vaticano ha ocurrido una verdadera y real mutación y una enérgica metanoia, cambio de mente, para reconciliar los opuestos: racionalidad y origen a fin de reconstruir junto un nuevo paradigma interrelacionado. Nos alegra este intento de tomar la realidad con mucha lucidez. Es el preámbulo de que estamos en la senda correcta.



LA SINTESIS CIENTIFICO-FIDEISTA DE EINSTEIN

En una carta remitida por Einstein a su amigo el filosofo y matemático rumano Maurice Solovine , el 30 de marzo de 1952, a la edad de 73 años y aunque no se le conoció como practicante de la fe judía de sus progenitores y rehusó colaborar en el establecimiento del estado de Israel en Palestina ,es realmente interesante su visión en torno a esa aparente-pero solo aparente-dicotomía ente ciencia y religión como formas de conocimiento. Dice la nota :

“Te parecerá sorprendente que considere la comprensibilidad del mundo (en la medida en que podemos hablar de un mundo tal como un milagro o un misterio eterno. Pero, ciertamente, a priori, uno creería que el mundo sería algo caótico y que el pensamiento no lo podría comprender en absoluto.
Se podría -verdaderamente se debería- esperar que el mundo manifestara su conformidad con leyes sólo en la medida en que lo comprendemos de un modo ordenado. Éste sería un orden semejante al orden alfabético de las palabras de una lengua.
Por otra parte, el tipo de orden creado, por ejemplo, por la teoría de la gravedad. de Newton, es muy distinto. Incluso aunque el hombre proponga los axiomas de la teoría, el éxito de ese procedimiento supone, por parte del mundo objetivo, un alto grado de orden que de ningún modo estamos autorizados a esperar a priori.
En esto radica el milagro, que se torna más y más evidente a medida que nuestros conocimientos aumentan. Y aquí está el punto débil de los positivistas y de los ateos profesionales, que se sienten felices porque creen que no sólo se han apropiado del mundo de lo divino, sino también del mundo de lo milagroso.
Curiosamente, tenemos que resignarnos a reconocer el milagro, sin poseer ningún modo legítimo de ir más lejos. Tengo que añadir el último punto explícitamente, por si piensas que, debilitado por la edad, he caído en manos de los sacerdotes”

Aunque Einstein no cayó en manos de sacerdotes, su creatividad en la ciencia lo puso en una posición filosófica que, como él mismo reconoció, se encontraba incómodamente próxima a esas viejas, a menudo denigradas, y casi invariablemente desechadas, pruebas de la existencia de Dios. Este es uno de los aspectos teológicos de la ciencia creativa.

Y por tanto en las buenas manos de Einstein reconocido como el máximo exponente de la Ciencia y aunque escuetamente representante de una posición Fideista ,intentaremos revisar las nuevas propuestas que vengan del lado que fuere ,siempre y cuando aporten alguna idea que nos permita ir develando el misterio de los Rostros de Dios en las propuestas de modelos de Universo que salen de la Ciencia o de la Teología, o incluso- a futuro - de una síntesis de ambas, puesto que Ciencia y Fe ,no son más que dos formas de conocimiento complementario.


En el Blog : Verdad-Blog, que encontrarán enlazado en la barra lateral, haremos el esfuerzo de incluir- a partir del año 2010 nuevas facetas, nuevas ideas, nuevas revelaciones en torno al Universo en que nos encontramos.

No llevaremos ninguna secuencia ,tan solo insertaremos nuevas contribuciones de diversos autores científicos y metafísicos, a nuestro juicio arrojen nuevos planteos en busca de la solución del gran misterio. Y en virtud de que para el año 2010 la web se encuentra en un periodo de máxima expansión y de que ya el lenguaje no es una barrera incluiremos aportes en dos lenguas: español e Ingles .

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